Ubud (Bali), 20 de Abril de 2.011.
En ocasiones, el apasionante camino de la vida se cruza con otros caminos, otras personas con las que compartir unas horas que te aportan una energía, un crecimiento, una perspectiva, un exquisitez,… dejando un poso dulce y agradable increíble, que reafirman el camino correcto de tu vida. Eso mismo me ha pasado en Ubud (Bali) al conocer a F. y a S. Las conocí ayer, como os comenté, en el tour hacia Kintamani y Besakih y esta noche hemos cenado los tres juntos.
S. es una mujer parisina con gran éxito en su vida, pero atravesando una época a nivel personal algo compleja, buscándose a sí misma. F. es una abogada alemana de 36 años que dejó su trabajo para vivir un poco alejada de la vida que los demás esperan que viva. Ella y yo tenemos muchos puntos en común: comenzamos el viaje el mismo día, tuvo que vencer las reticencias familiares a que viajara sola, la presión social por seguir sin pareja, etc, etc.
Lo que era una conversación como las que tenemos a diario, a cientos, de esas insulsas e intrascendentes, poco a poco fue tomando cuerpo, fue profundizando, fue convirtiéndose en una especie de catarsis (especialmente para S., creo), donde el compartir según qué ideas, sentimientos y momentos de nuestra vida actual, convirtió la velada en una auténtica delicia.
Se tornó interesante cuando comenzamos a hablar de la importancia de dejar lo que ya no nos es útil, sea en forma de persona u objeto… Sí, y no quiero que penséis que cuando digo “útil” me refiero a tener una relación con alguien del tipo que sea por interés, sino a que hay momentos en la vida en los que alguien te aporta algo y momentos en los que deja de aportarte ese algo, que tienes que aceptar y “dejar ir”. Este concepto de “dejar ir” me parece importante, porque sobre él ha girado gran parte de nuestra conversación. Todos estamos de paso y, por supuesto, todas las personas que nos rodean también, incluso los más cercanos: uno de los dos dejará al otro antes por causas mayores, si no es por otros motivos. Y hay que aceptar eso que es tan evidente. La pérdida, claro, nunca es fácil, pero el camino sigue.
¿Es fácil la vida o por el contrario es un camino plagado de obstáculos?. Pues depende. Depende, sobre todo, de tu capacidad de complicártela, por ejemplo eligiendo a quienes están a tu lado. Cada día que pasa soy más pragmático en muchos aspectos, pero si algo he acentuado en estos últimos años es de prescindir de aquellas personas que me podían complicar la vida. Las dejo a un lado y sigo mi camino. Sólo quienes me aportan algo positivo continúan a mi lado (y yo al suyo, por supuesto). Por el contrario, en el camino han ido quedando personas que un día fueron importantísimas para mí: mi mejor amigo, ya no está, ergo, ya no es mi mejor amigo; Míriam, ya no está y fueron casi 5 años con ella; y así podría seguir con muchas personas que pasaron por mi vida pero llegó un día en el cual nuestros caminos se separaron sin remisión. Sucede, a menudo, que nos empeñamos en hacer funcionar cosas que es evidente, a todas luces, que no funcionarán, hacer cambiar a alguien (gran error, porque cada uno es como es y punto), no querer ver/aceptar la realidad… y entonces nuestra vida se va convirtiendo en callejones cada vez más tenebrosos y más complejos de iluminar. Luego, vienen las lamentaciones, claro. ¿Es culpa de esa persona que te ha complicado la vida?. Quizás, en parte sí, pero el responsable último, sin duda, eres tú mismo por haber elegido mal. Y este es otro gran concepto que hemos analizado esta noche: “elegir”.
Todos conocemos a personas que se lamentan de su vida, que se sienten infelices, que se fustigan y echan la culpa a que el universo conspira en su contra, sin pararse a pensar que la responsable primera y última de casi todo lo que le sucede es ella misma. En la mayoría de los problemas en los que nos vemos inmersos en nuestro día a día, si tiráramos del hilo, llegaríamos a una decisión primigenia que provocó la situación actual, una decisión en la que elegimos mal, nos equivocamos. Lo peor de todo no es equivocarse, sino el ignorar este hecho, asumirlo y evitarlo la próxima vez. Sí, el caso más claro es el de aquellas personas que fracasan una y otra vez al establecer una relación sentimental y acaban teniendo problemas serios. No puede ser que siempre la culpa sea de la otra persona… ¿no será, quizás, que tú no eliges bien?. Quizás si eligieras mejor la persona de la que te enamoras, tendrías menos quebraderos de cabeza y hasta serías feliz... pero bueno, también es cierto que hay personas a las que “les va la marcha”. Y también está aquello de que no se elige de quién te enamoras y bla, bla, bla...ese sería otro debate para otra ocasión. Evidentemente, el error se permite, se tolera, se entiende y se acepta. Lo que no acabo de entender, es repetir el mismo error en un bucle continuo, como si fuera el día de la marmota. Alguna vez, ni que sea por una vez, debemos asumir el control de nuestra vida, ¿no?. De esto también hemos hablado.
Sí, de un modo u otro, F., S. y yo mismo, no hemos hecho lo que la sociedad esperaba de nosotros (cuando digo “sociedad”, me refiero a nuestros familiares, nuestros amigos… ) cuando ha tocado. Ha sido como un acto de rebeldía o, yo lo entiendo de otro modo, como una autoafirmación del yo. Me refiero a que no pienso que debamos hacer lo que los demás esperan de nosotros porque es “lo que toca”. En todo caso, deberemos hacer aquello que nosotros queramos hacer (con los límites legales, morales, económicos y demás aspectos que influyen, naturalmente). Es decir: no tengo que comerme un plato de espinacas si no me gusta. ¿A que es sencillo con algo tan banal como un plato de comida?. Sí, definitivamente, es sencillo. Si ahora afirmo: no tengo que estar en pareja si no es con la persona adecuada, tenga 25 como si tengo 60 años. Ahhhhhhhh… ahí la cosa ya cambia, porque aunque la mayoría lo pensáis, pocos lo lleváis a la práctica. Y con esto me refiero a las personas que están en pareja sin ser felices por el “simple” hecho de no estar solas, el miedo a no encontrar a otra persona que las haga felices o, peor aún, su baja autoestima, la nula confianza que tienen en poder salir adelante sin alguien al lado, etc. Cuando uno asume esa máxima y lo lleva a las últimas consecuencias, debe soportar la presión creciente de quienes no entienden que tengas 34 años y sigas sin pareja. “Y tú, ¿cuándo vas a tener niños?”, pregunta mi madre. Menos mal que mi hermana ya tuvo a mi sobrina (ayssssss… cuánto la echo de menos!!!) y me ha liberado de cierta presión. A F. le pasa algo parecido, siendo mujer, claro. Y me ha hecho mucha gracia cuando dice que ella se siente mal cuando conoce a alguien, dice su edad y entonces la empiezan a mirar rara como diciendo: “36 años, abogada, bien posicionada, está sola… algo raro tiene, seguro”. Jajaja… a mí me ha sucedido en varias ocasiones: ”33-34 años, deportista, educado, inteligente, con estudios, independiente (dejadme que me eche flores yo mismo)…. ¿Qué es lo que me he perdido?. ¿Por qué sigues sólo?. Hummmm… algo raro tienes, fijo”. Os juro que he escuchado eso taaaaaaaaantas veces. Sí, es cierto, no estoy bien posicionado ni vivo en un chalé de 200 metros cuadrados con jardín y piscina… ¿y qué?. ¡¡Me importa bien poco!!.
Os podéis imaginar, que tener una conversación así en inglés, con dos personas que apenas conoces, tan lejos de casa y compartiendo tantos puntos de vista y experiencias, pues para mí ha sido todo un regalo.
Recordad estos conceptos: dejar ir, la importancia de elegir bien/ la toma de decisiones, asumir el control de nuestra vida y responsabilizarnos con todo aquello que nos pasa.
Ha sido, sin duda, una conversación deliciosa.
PD: siento que esta entrada al blog no sea lo que se espera de un blog de viajes, pero la experiencia me ha encantado, os la quería explicar, sé que hay personas a las que les gusta que hable de temas así y… por último… ¡¡es mi blog y escribo lo que quiero!!. Como el chiste, ya sabéis: el gato es mío y me lo follo cuando quiero. Je… Apa… “se me cuiden, eh?”.
Cuanto razón tienes Sergio, a mi me suena eso de que con treinta y tantos y soltero, cuando te vas a echar novis y los niños?? jejeje. Por cierto, estoy con una persona que quiero, y nos compenetramos bien, pero por ello no soy mejor o peor que mis amigos que no estan en pareja... Lo importante es hacer lo que quieres sin dejarte presionarte por nadie. Un saludo y que sigas disfrutando de esta experiencia única y que tu has echo y muchos no nos hemos atrevido. Y de paso, Força Santfe!!!
ResponEliminaJaime Jiménez Saravia
Sergiooooooo!!!!!!muy linda la conversación!!!!! fíjate estaba ahora viendo come. ama, reza jajajja..vaya americanada..perooo...en fin me has transportado a Bali..así...leyéndote!!!!....un beso enorme y sigue....cada día está con un gran regalo en tus manos...Elegir...eso hacemos todos..y espero...no nos equivoquemos!....sino..que nos quiten lo bailaó!...:)))))
ResponEliminaAl margen de descubrir el mundo y su belleza (que no es poco!) lo mejor que guardarás del viaje son estos momentos, conversaciones y gente maravillosa que habrás conocido por el camino. Carpe diem!!!
ResponEliminaMe ha encantado!!!! Esta misma conversación la he tenido tantas veces con las chicas... Pero cuánta razón tienes!!!!!
ResponEliminaTe voy siguiendo en todos los relatos. Genial Sergio, de verdad!!!!
Lupe.
No soc un gran fan d'aquestes entrades, normalment me les salto, però he de reconèixer que aquesta m'ha agradat molt. Segueix així ;) I sort amb el viatge ^^
ResponEliminaPD: Estic totalment convençut que emprendre una aventura similar a la teva, però la pela és la pela...podries ser una mica més detallista amb la qüestió econòmica del viatge?xD Gràcies.