14 de Mayo de 2.011.
Pues sí, ya han pasado 60 días y parece que fue ayer, ¿verdad?. En este tiempo ha habido momentos para casi todos los gustos, experiencias bonitas, otras reveladoras, aleccionadoras… y sentimientos/sensaciones tan dispares como añoranza, alegría, soledad, ilusión, calma, nervios, compañías enriquecedoras, personas desagradables…
De cómo me he ido sintiendo, más allá de lo que haya visto/visitado, a quien haya conocido o donde haya estado, más o menos lo habéis podido ir comprobando al ir leyendo los posts y, como me dijo el otro día una persona, se nota una diferencia del principio a ahora. Puede ser. Y he pensado sobre ello, claro. Tengo una hipótesis que me parece plausible, lógica y estructurada. Las anteriores ocasiones en las que viajé fue acompañado y por un tiempo de entre 3 y 5 semanas (se sobreentiende que en un plan parecido: mochila, guía y a improvisar, no cuento Estambul ni New York como animales de compañía). En esta ocasión, viajo sólo y el tiempo es mucho más largo. Pero es que, siendo mucho más largo ahora ya llevo 25 días más de lo que fue mi viaje más extenso: 5 semanas por México, Belize, Guatemala y Honduras. Así que lo que pienso sobre ese cambio ha sido algo así como una adaptación a todo lo que comporta viajar de esta manera. Las primeras semanas me parece que fueron una toma de contacto, como si me quisiera probar a mí mismo que puedo hacerlo, pero siempre hay incertidumbres, añoranzas, momentos complicados a nivel anímico, etc. De tal manera, seguramente las semanas de Nepal no dejaron de ser una preparación, una introducción, un coger confianza para desenvolverme en esta aventura y ahora, semanas después, es cuando empiezo a degustar realmente la sensación de libertad y confianza absoluta. Poco a poco empiezo a asumir que podría viajar por tiempo indefinido de una manera eficaz y eficiente, disfrutando. Hasta hace pocas semanas no había experimentado esa sensación. Ahora, sí.
60 días ya… Hummmm… ¿Muchos?. ¿Pocos?. No sé, son 60. En un principio, un tercio de lo que pensé, pero todavía no he decidido fecha de vuelta. Y no la he decidido porque quería esperar a ver cómo iban estos dos primeros meses. Asumido que se puede, la cuestión siguiente es: ¿se quiere?. Bien, esa respuesta la obtendré dentro de algunas semanas, creo. Pros y contras los hay tanto para seguir como para volver. Pero aún debo aguardar algunas semanas para saber si realmente me apetece alargarlo un poco más o la experiencia ya es suficiente. Me está encantando, sin duda, pero no os negaré que tengo también muchas ganas de volver para ver a mi familia, amigos, etc., para comenzar a poner cierto orden en algunas cosas a nivel personal… pero no deja de ser menos cierto que todo eso seguirá ahí cuando vuelva, sea mañana o dentro de 25 meses. Y he tenido momentos, especialmente las primeras semanas, de pensar a menudo: “me quiero volver ya”. Incluso hubo un día que estuve mirando vuelos de vuelta para dos días más tarde. Momentos de debilidad, ánimo un poco más bajo, en los que se te hace todo un poco más cuesta arriba. Pero esos momentos, que son complejos de gestionar a nivel anímico, pues te mueves en la dicotomía entre el querer hacer algo y el querer lo opuesto, con el agravante de que nadie te obliga ni a viajar ni a volver, son momentos que te fortalecen. Comienzas contigo mismo una conversación del estilo: “Me quiero volver mañana”. “Sí, sí… mira billetes de vuelta”. “Pero has estado muchos años esperando para esto”. “Cierto… sí, pero me quiero volver ya”. “Bueno, pues mira los billetes”. “También tienes razón, que tanto tiempo esperando para que a las primeras dificultades, renuncie”. “De acuerdo. Y nadie dijo que sería fácil”. “Tampoco tan difícil”. “Aguanta unos días más, a ver cómo van pasando y cómo te sientes”. “Sí, será lo mejor”… Autoconversaciones de este estilo, tuve varias las primeras 2-3 semanas. Ahora, muy esporádicamente.
Miquel, Saha, yo y Valdi. |
A propósito de ese tiempo y esos 60 días… El otro día, intercambiando mails con Miquel, Valdi y Saha de cara a su llegada y las semanas que haremos juntos Vietnam, les comenté algo que me gustaría compartir con vosotros también. Para ello, comenzaré con una pregunta, querido lector: ¿qué cosas/sucesos recuerdas que te hayan sucedido en los últimos 60 días?. Sí, claro, muchas, pero así, en un pensamiento rápido, seguro que muchos responderíais: nada importante, la verdad. Y eso llevaría el añadido de que el tiempo os ha pasado volando. ¿Un contrasentido?. En absoluto lo creo así. La reflexión es la siguiente: cuanto más parecidos son tus días, más tienes la sensación de que te vuela el tiempo, dando por supuesto circunstancias normales, que ya veo al típico listo que diría algo así como “díselo a un preso”. No vayamos a esos extremos, anda.... Por supuesto, lo contrario también lo afirmo: cuanto más diferentes son, más tienes la sensación de que pasan muy lentamente. Y se lo comenté a ellos tres, diciéndoles que para ellos estos tres meses que faltan para que lleguen a Vietnam les pasarían más rápido que ese mismo periodo de tiempo a mí, que estoy viajando. Ellos trabajan y las semanas, vuelan. Cuando viajas, y todos los que habéis viajado así lo sabéis tan bien como yo, cada día es diferente, cada día es sorprendente. Y aunque un día pueda pasar volando, cuando echas la vista atrás, si no son los días inmediatamente anteriores, los otros te parecen lejanísimos. Los días de Nepal me parecen del siglo anterior, os lo prometo. Singapur parece un recuerdo de hace años y Bali, donde estuve hace apenas 25 días, me parece el año pasado. Siempre lo he dicho: un viaje en este plan es como vivir varias vidas concentradas en un espacio muy corto de tiempo. Y mirando hacia el futuro, pasaría un poco lo mismo: salvo aquellos que vivan sucesos inhabituales, para el resto pasarán estos meses muy rápido. No os daréis cuenta y ya estaré ahí de vuelta con vosotros. Y para los que vivan esos sucesos inhabituales, pues será todo igual de rápido, pero habrá algo que rompa esa “monotonía” de las semanas iguales en las que nos hemos instalado, en los calcos repetidos una y otra vez, viviendo lo mismo de lunes a domingo. Divertido, sin duda (nótese la ironía)… Tenemos una bonita manera de desperdiciar nuestras vidas, de malgastar nuestro tiempo aguantando a quienes no soportamos, haciendo cosas que no nos gustan y renunciando a todo lo que soñábamos años atrás… No, no quiero que nadie piense que yo soy el más listo de la clase. Para nada. Yo he sido uno más durante todos estos años, que me han pasado volando, dedicado a estudiar, trabajar, deporte y tratar de divertirme el poco tiempo restante. Si pienso en mis años entre los 20 y los actuales 34, pienso que han sido un suspiro. Me parece que fue ayer cuando salí de la universidad y hace un rato que me fui a vivir sólo… Increíble. ¿Dónde he metido todos esos años de juventud?. Sí, me he divertido muchísimo, he hecho lo que he querido y deseado, sin explicaciones a nadie y siendo feliz, pero la sensación que tengo ahora es que me han volado, de un soplo. Y seguiré siendo uno más cuando vuelva, a quien le volarán las semanas como os vuelan a vosotros ahora mismo. Pero de momento, estos meses que viajo, son un regalo para mi vida, una extensión de mis semanas y meses que no es ni será habitual. Por eso quiero disfrutar.
Tras dos meses de viaje, creo que me he adaptado, como comentaba al principio y me he habituado. Sí, el concepto habituación me parece un recurso mental brutal, aunque a veces conlleve dejar de percibir y dar importancia a según qué cosas. Un ejemplo: en Irak llevan años en los que cada día (vuelve a leer... CADA DÍA… CA-DA-DÍ-A) hay atentados con coches bomba y mueren decenas de personas. Cada día… durante años. Y salen el 99% de las ocasiones en nuestros informativos televisivos. Lo que al principio nos sobrecogía, nos estremecía y hasta nos retorcía en el asiento, llegó un punto en el que se instaló en nuestras vidas cotidianas y ahora hablan de esos sucesos, que son los mismos que hace años, pero con muertos diferentes, y nuestro cerebro desconecta, se ha habituado. Es como un mecanismo de defensa. Y esto, que en algunas ocasiones puede ser tan y tan perjudicial, para otras ocasiones es extremadamente útil. Yo lo estoy viviendo ahora a otros niveles: me he habituado a la añoranza, a la soledad habitual, a la melancolía… Sí, todo eso sigue ahí, pero mi cerebro se ha habituado, lo ha hecho parte de mi día a día y ha rebajado su nivel de importancia a nivel consciente para protegerme. No sé bien si me explico…
Otra cosa que me sucede a menudo es que debo hacer un esfuerzo para reafirmarme en lo que estoy haciendo, para tomar consciencia real de que estoy en este o aquel lugar. No serían pocas las veces que he debido autorecordarme cosas del estilo… “Sergio, es que estás en…” y ahí podéis poner el nombre que queráis: Katmandú, Singapur, Bali, Borneo… y lo que queda. En ciertos momentos es como si uno viviera flotando y soñando, como si aquello no le estuviera sucediendo, que no fuera cierto que uno está en tal o cual sitio. Sin duda, sí se está. Sería la versión psicológica del “pellizcarse para creérselo”. Es que no me gusta el sado, soy psicólogo, ya sabéis…. Jajajajaja.
Tras nuestro bautismo de submarinismo, en Zanzibar. |
Y para acabar. A medida que uno va viajando, va viendo miles de sitios, pero el tiempo, que aún siendo largo, es limitado, impide ver todos los lugares interesantes por donde pasas. Bueno, a veces el tiempo y otras veces el dinero, porque hay algunos destinos “cercanos” que me encantaría conocer pero son un lujo que no puedo permitirme. Estoy viajando en modo ajustado, sin ningún lujo y en ocasiones haciendo esfuerzos para controlar según qué gastos. Ahí debo decir que las tablitas Excel que me hice para controlarlos, ahora empiezan a dar sus resultados y ayudan a que no se dispare el presupuesto. Aún así, lamentablemente, estoy un poco por encima de lo presupuestado y debo apretarme aún más el cinturón. Gajes del oficio de viajero que se aceptan como parte del juego. . Por ejemplo, quería ver un parque nacional en medio de la selva de Borneo, en la parte malaya, sólo accesible en avión. Cuatro días ahí, aún siendo espectacular, podían salir por unos 500 €. Va a ser que no… Es cuestión de elegir y acertar las máximas ocasiones posibles, aceptando algunas decisiones erróneas en el trayecto, algunas ciudades que debería haber obviado o algún trayecto que podía haber hecho de manera más rápida (e incluso más económica) de otra manera. Pero no hay más remedio que elegir constantemente y aceptar eso que tan a menudo nos cuesta hacer en nuestra vida: aceptar nuestros fallos, errores o descuidos. Es la vida misma: eliges qué ropa te pones cada mañana, qué desayunas, cómo vas al trabajo, a quién llamas, qué le dices, el color de tu coche, qué harás el viernes por la noche o en qué te gastas 100 euros. Incluso puedes elegir las personas que forman parte de tu vida, aunque a menudo queramos pensar que eso no se elige. Sí, se elige… Así que si estás con alguien que no te hace feliz, la responsabilidad es tuya por haber elegido mal. Aún estás a tiempo de cambiar, tengas 25 años o casado/a con 50. Y si eres feliz, enhorabuena… cuida a esa persona y disfruta, que es un regalo del cielo. Pues en un viaje, lo mismo, pero en movimiento constante.
Un fuerte abrazo.
ERES UNICO PARA TRANSMITIR MEDIANTE UN ESCRITO TU AVENTURA Y COMO NOS LLEGA Y LO SENTIMOS!!! HASTA EL FINAL PORQUE TU PUEDES CON ESTO Y MÁS.MUAAAAAAAAAA COSITA GUAPA.DESEO QUE NUNCA TE CANSES EN EXPLICARNOS TU BELLA AVENTURA.ESTAMOS CONTIGO.
ResponEliminasergio, estupendos posts! tener momentos de flaqueza es normal, y superarlos es extraordinario, porque te permiten continuar con esta aventura que comenzaste ya hace 2 meses. Sigue disfrutando de cada rincón y mandándonos estas postales en forma de relato.
ResponEliminaun beset!
Sonia
MIGUEL ANGEL ACEITON:
ResponEliminaSERGIO, EN PRIMER LUGAR TE ENVIO UN FUERTE ABRAZO Y TE DOY ANIMOS PARA SEGUIR CON TU AVENTURA, QUE ME PARECE FASCINANTE.
SE QUE TAL COMO COMENTAS, ES DIFICIL ESTAR LEJOS DE LA GENTE QUE QUIERES, PERO COMO MUY BIEN DICES, DISFRUTAR DE TU GENTE LO PUEDES HACER" MAÑANA". "HOY" PREOCUPATE DE DISFRUTAR Y VIVIR LA EXPERIENCIA AL 100% Y SIGUE HACIENDO ESAS FOTOS TAN BONITAS PARA QUE TODOS LAS PODAMOS COMPARTIR CONTIGO.
UN ABRAZO
Te envio este link a ver si te gusta :
ResponEliminahttp://www.youtube.com/watch?v=2UYNJ03xrEI&feature=related
MAAM
Miguel Ángel: gracias por tu comentario y el video musical me ha encantado también!!.
ResponEliminaSonia: y tanto que seguiremos. Cada día un poquito mejor...
Vanessa: Muaaaack!.
Tu vecino Miguelon....
ResponEliminaMachote.... vas aguantando... tela telita. 2 meses cual perra vagabundeando por el mundo jajja.
Desde luego lo que estas haciendo es un mundo. Todos pensamos en querer hacer lo que tu haces, y tu lo estas haciendo, pensando ¿por que no lo hacen los demás?....
Te estas marcando la diferencia, entre ser esclavo o ser un romano. Enhorabuena....
P.d: Ahora me veo obligado a intentar algo parecido a medio plazo, sino nunca seré un romano...jajaja.
RECUERDA ... FUERZA Y HONOR.
Supongo que al despegar desde Barcelona rumbo a este viaje fascinante pensaste que la prueba a la que te ibas a someter sería psicológicamente muy dura, pero ahora ya sabes que puedes soportarlo. Ya lo decía Karen Blixen en Memorias de África dirigiéndose a Denys Fynch-Hatton (era algo así): "Últimamente me valgo de un pequeño truco: pienso en nuestro viaje por la sabana, en Berkeley (el amigo que muere de malaria) ... y cuando creo que ya no podré soportarlo más, aguanto un poco, y entonces sé que ya puedo soportarlo todo".
ResponEliminaAsí que, parafraseando a la propia Karen ("yo tenía una granja en África..."), algún día tú podrás decir: "yo una vez recorrí Asia durante meses...", y eso, pocas personas podrán hacerlo.
Muy pronto nos veremos en Vietnam, amigo. Piensa en ello en los malos momentos.