Contacta conmigo.

Escríbeme a: sergi_rodco@hotmail.com (en el asunto haz constar "Blog").

dissabte, 17 de setembre del 2011

Y ahora, ¿qué?.

Bangkok, 17 de Septiembre de 2.011.


Las horas pensando en mí, en lo que quiero y lo que espero en el futuro más inmediato. La vuelta y el “ahora, ¿qué?”. Dejar atrás la vida nómada de los últimos meses para volver a mi modesto pero tan estimado piso. Mi cama. Mi sofá. Mi ordenador. Mis libros. Mi espacio. Buscar trabajo de Responsable de RRHH en BCN (o fuera si hiciera falta. Ya no me da respeto irme fuera), encontrarlo y volver a tener unos horarios, unas rutinas, unas obligaciones. Y volver a la sensación de que los días se te escurren de las manos, se deslizan y por mucho que trates de asirlos, se burlan de ti. Volver a las tardes de pádel, los sábados de fútbol sala, el gimnasio. Y las comidas en familia. Conducir mi coche. Saludar a mis vecinos. Ver a mi abuela. A mis tíos, a mis primos. Salir a cenar un viernes noche, ir al teatro el domingo por la tarde, ir al cine o pasear descalzo por la playa. Degustar un buen vino, una buena paella, escuchar la risa de mi sobrina, la tele en mis idiomas, mis clases de inglés. El olor de mi casa, mi ropa, mis zapatos. Revisar las fotos, preparar los videos y torturar con mis batallitas a familiares y amigos. Las celebraciones de cumpleaños. Alguna inmersión en la costa brava, algún fin de semana fuera. Los sms intempestivos que te roban una sonrisa. Barcelona. El barrio gótico, la sagrada familia, el port, Montjuich. Pasear por el Born o Pg. De Gràcia. El metro de BCN. Barcelona, la meva estimada Barcelona… Catalunya, el meu país. El sabor a mar, el olor a mediterráneo. Serrat, Pedro Guerra. Sílvio Rodríguez. Ismael Serrano. El Barça. El barrio donde me crié. Mis amigos de la infancia, del colegio. Alguna discusión política. La intolerancia, la crispación y la manipulación de la derecha más rancia, intolerante e impositiva. La xenofobia de algunos ignorantes (siendo gentil y suave en el término). La crisis. El paro. El consumismo. Los agobios para llegar a final de mes. La cola en el supermercado. El APM, Crackòvia y Polonia. Redes. El Tu diràs, los especialistas secundarios, L’ofici de viure y el Telenotícies. El blog de Paradigma Guardiola, una delicia para todos los amantes del fútbol. Una taza de café. Uffff… ¡¡café!!. Las discusiones vehementes. Personas que llegan a tu vida. Personas que se van. Pensar en el siguiente viaje. Mirarlo. Observarlo. Planificarlo. Irte… y volver nuevamente.
Esa es mi BCN. Es mi vida. Así la dibujé, así la vivo. A veces la sufro. Casi siempre la gozo. Tan sencilla y tan pequeña. En mi diminuto mundo, tratando de dar sentido a todos y cada uno de mis días, a mis horas, mis minutos, mis segundos. Y, supongo, la seguiré viendo con los mismos ojos, con la misma mirada, con la misma sonrisa. La seguiré viviendo con la misma intensidad y sencillez. La seguiré paladeando con los mismos labios, con la misma lengua. Seguiré cerrando los ojos para captar la esencia del momento, el extremo puro de la conexión mágica con ese momento, con esa persona. Y no, no pienso que yo haya cambiado. A BCN vuelve Sergio, el mismo que se fue. Quizás pequeños cambios se produjeron en mi interior, pero serán imperceptibles para la mayoría de personas. Muchas personas dicen que una experiencia así te cambia como persona, tu vida, tu visión de lo que te rodea… No estoy de acuerdo a no ser que añadamos una coletilla: “una experiencia así, te cambia… si no tenías un trabajo interior previo realizado”. Como cuando uno viaja a la India, ve miseria y se da cuenta (to realize, cómo me gusta ese verbo en inglés) de lo afortunado que somos. Muchas personas vuelven de la India transformadas, cambiadas, como iluminadas repentinamente por una luz que antes era difusa. Poco trabajo interior habían hecho, pienso yo. De igual modo, un viaje como el mío. Soy el mismo que partió de BCN hace ya más de 6 meses, quizás vuelvo más consciente de lo diminuto que soy, de lo diminuto que es nuestro mundo en el día a día… si acaso, se confirma algo que ya venía pensando: cómo malgastamos nuestras vidas en tareas ridículas, preocupaciones absurdas, personas tóxicas, planes sin futuro, enriquecemos a algunos y los demás seguimos tan pobres como siempre, nos encerramos en trampas mentales para no afrontar situaciones nuevas. Excusas, siempre excusas. Si no existieran las excusas el mundo viviría mil años por delante de lo que lo hace. Pero sí, siempre hay una excusa para no intentar algo. Siempre hay una excusa para no amar a esa persona. Siempre hay una excusa para no cometer una locura. Siempre hay una excusa para no dejarse llevar. Siempre hay una excusa para protegernos de lo desconocido. Siempre hay una excusa… para no ser feliz y seguir instalados en el gris de algunas vidas… Pero, sí, en esencia, vuelve el mismo Sergio, quizás aún más puro, más convencido de su camino.
Y quiero llegar a BCN. Y encontrarme contigo, darte un abrazo. Sentirte. Sonreír y agradecerte que formes parte de mi vida como yo de la tuya. Sonreír y agradecerte que siguieras mis aventuras en este modesto blog, comentaras mis fotos y me animaras en los momentos que fueron especialmente complicados. Mirarte, admirarte y apoyarte.
Todo eso y muchísimo más es lo que me espera. Es lo que deseo. Es mi vida. La explico como la siento, como la pienso, como la veo. Es mi vida. La he elegido yo. Orgulloso estoy de ella. Y feliz, inmensamente feliz. Es mi vida. ¿Puedo pedir más?. Claro, mucho más. Todo lo que yo quiera. Absolutamente todo lo que yo quiera. Sólo hace falta desearlo con todas tus fuerzas para hacerlo realidad. De momento, tomemos aire, hagamos un alto en el camino y un reset emocional. Coloquemos cada figura en su sitio, decoremos nuestros días y el futuro será escrito con nuestros actos de cada día. Porque mi viaje ha sido de ida y vuelta, pero nuestra vida es un trayecto de sólo ida. Conviene no olvidar este detalle para no malgastarla. Es tu responsabilidad para contigo mismo. Si no aceptas esa responsabilidad y no te comprometes a mejorar todo aquello que no te guste en tu vida, luego no pidas que te devuelvan el importe del billete. Este trayecto es un regalo, con sus ventajas e inconvenientes, claro, pero de ti depende hacerlo un viaje inolvidable o un suceso anodino, gris e insulso. Yo, por supuesto, elegí la primera opción. ¿Tú qué eliges?.
Mucha suerte, amig@s.
PD: esta es la penúltima entrada del blog…

4 comentaris:

  1. niño te escribo por hotmail...cuandlo lo hice fue por aqui..ahora veo lo que pones de mail..espero leyeras jaja!muaks

    ResponElimina
  2. Que poquito falta para verte!!! Allí estaremos todos esperandote... Buen viaje de regreso a casa... Tu casa...

    Besitos de tus hermanas, sobrina, cuñado y padres... Nos vemos en unas horas

    ResponElimina
  3. "¿Puedo pedir más?. Claro, mucho más. Todo lo que yo quiera. Absolutamente todo lo que yo quiera."

    Me encanta :)

    ResponElimina
  4. Sergio, eres un poeta (no va en conya)

    Solo decirte una cosa (me dejas sin palabras). Que este NO sea tu penultimo post!!!

    No dejes de escribir!

    Un abrazo y nos vemos a nuestra vuelta, para la que ya queda poquito...!!

    ResponElimina