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diumenge, 21 d’agost del 2011

Un poco de todo por el centro de Vietnam

Nha Trang, 12 de Agosto de 2.011.

Tras nuestro paso por el norte de Vietnam, sin tregua, ni respiro, ni tiempo de saborearlo, llegamos a Hue después de una larga noche en autobús, algo más cómodo que el que tomamos entre Sapa y Hanoi, pero tampoco para tirar cohetes.
Valdi, Saha y Miquel, a la entrada de la ciudadela de Hue.
Hue, interesante ciudad para pasar dos días (ni uno más, por favor), viendo la ciudadela, el mercado junto al río y respirando un poco algunas reminiscencias francesas, además del tour por el río del Perfume, viendo sus diversos monumentos a lo largo de este, como tumbas y algunas pagodas. Nosotros no pudimos hacerlo en bote porque ese día, casualmente, había una fiesta religiosa y no había botes disponibles, por lo que tuvimos que hacerlo en autobús y la sensación de borregos inherente a sumarte a un tour de grupo equivalente a un autobús, en nuestro caso, algo así como 30 personas. El guía, un tanto repelente, se ponía a gritar para que le hiciéramos caso, diciendo algo así como “45 minutos. A las 12.15 aquí. No se retrasen”. A todo esto, al lado de donde nos colocamos, había dos señoras ya avanzadas de edad que viajaban con agencia (les costó casi 3.000 eurazos 16 días por Vietnam… yo creo que con eso he hecho 4 meses de viaje, o más). Tengo la impresión de que no se conocían y que las juntaron a las dos en el viaje, no sé, por la manera cómo se hablaban, por la interrelación entre ellas… En fin, una de ellas, de Salamanca y residente en Madrid, dijo que se negaba a hablar inglés, que ella tan feliz con su español y que viajaba sin problemas. Además, la mujer convencida en su postura, aunque tuviera que preguntarnos a nosotros constantemente: “¿a qué hora hay que estar aquí?”, “¿qué ha dicho?”, etc. Y reconociéndole parte del mérito que tiene el viajar a avanzada edad (como unos 55 años) y sin inglés, acabé por mirarla con cierto desdén e indiferencia tras decir: “bueno, es que para mí el francés es casi como una lengua muerta, que no se utiliza” (sic). Nos miramos Valdi y yo sin salir de nuestro asombro, porque además había un chico francés con nosotros, que llevaba varios meses viviendo en Valencia y se defendía bastante bien en castellano. Pues ahí, con un par de ovarios, la mujer suelta esa burrada. Qué osada es la ignorancia y qué pocas luces aporta el señor a quienes más lo necesitan.
Yo, Miquel, Saha y Valdi, en uno de los mausoleos a lo
largo del Río del Perfume (Hue).
En uno de los mausoleos de Hue. Esta foto es que
me encanta...
En fin, que el tour lo finalizamos tras la comida, porque se iba hacia la ciudadela (realmente bonita y que merece una buena visita) que ya habíamos visitado el día anterior y como luego sólo quedaba una pagoda, decidimos que era nuestra primera tarde de descanso desde el inicio del viaje, por lo que volvimos al hotel, dormimos un ratito para recuperar algunas horas de sueño y por la tarde buscamos un centro de masajes. No tardaron mucho en decidirse mis compañeros (yo he tratado de decidir lo mínimo posible en estas semanas con ellos) por un masaje de piedras calientes y aceites esenciales. Salieron encantadísimos, con anécdota incluida de Valdi, que en su afán por adelantarse para coger la camilla que utilizaba la masajista guapa (Miquel y Saha lo hicieron antes y nos dijeron dónde se ponía ella), se puso en una especie de camilla que había tras un biombo en un pasillo. Yo, que iba detrás, lo dejé hacer, partiéndome de la risa por su equivocación, y adelantándolo en la última curva de la última vuelta, cual Valentino Rossi, llegando a meta el primero y siendo atendido, como es menester, por la masajista guapa. Aysssssssss… jajajajajaja.
Delante de una de las pagodas de Hoi An.
A la mañana siguiente, hacia Hoi An. Muy acertadamente, dadas nuestras estreches calendáricas, decidieron no hacer parada en Hoi An más que por unas horas. El trayecto Hue-Hoi An son unas tres horas y media en bus, por lo que a las 11.30 llegamos a esta última ciudad. Li, mi amigo chino al que conocí en Ayuthaya (Thailandia) y que volví a ver en Luang Prabang y Vientiane (Laos), estaba por allí, nos vio llegar en el bus (ya habíamos hablado acerca de nuestra llegada ese día a esa hora) y se nos unió al paseo relajado, bajo un calor intensísimo por esta agradable ciudad para el turista. No me pareció espectacular. Ni tan siquiera bonita. Aunque no es menos cierto que tiene algunos templitos coquetos, un puente japonés por el que tienes que pagar para cruzarlo y tiendas de todo tipo, artesanías, un río que iluminan por la noche… En fin, que estuvimos unas horas de paseo por la ciudad, sin mucho que hacer tampoco, comimos de aquella manera y, a las 18.30 h. cogimos el bus nocturno hacia Nha Trang (habíamos comprado el billete por la mañana, al llegar, en un hotel, donde nos guardaron las mochilas grandes para nuestro paseo por la ciudad).
Este bus ya estaba mejor, pero la noche volvía a ser en ruta. Y lo mejor que puedes hacer en un sleeping bus en Vietnam, es tomarte la pastillita y dormirte tal y como te subas a tu cama, porque lo de la conducción en Vietnam (bueno, en Vietnam, en Indonesia, en Laos, en India, en Nepal… ufffffffffffff) merecería capítulo aparte. Total, llegamos a Nha Trang al día siguiente a las 5.30 de la mañana. Buscamos un hotel que no estaba mal, aunque un poco caro para mi gusto, cerca de donde estaba Yoan, mi amigo francés con el que compartí mis últimos días por Laos y los primeros en Vietnam, que estaba en la ciudad con una amiga que había venido de París un par de semanas para ver el país con él. El pobre, de Hanoi que estaba con nosotros, cogió un tren hasta Saigón (Ho Chi Min) que tardó 35 horas, para estar en esa ciudad cuando ella llegara. Lo que no haga un hombre por una mujer, no lo hace Epi por Blas…
En Nha Trang contratamos ya para el día siguiente, nuestras inmersiones, ya que Miquel y yo lo teníamos marcado en el calendario: inmersión en Nha Trang. Li nos había dicho que no estaba muy bien, pero vamos, nos gustó, sin ser tampoco espectacular. Valdi y Saha hicieron otro bautizo, como el año pasado en Zanzíbar, aunque menos impactados que entonces. Ya llevan dos bautizos. Menos mal que estos de PADI no son como la iglesia católica, tanto bautizo, tanto bautizo… ¡¡ni que hubieran apostatado!!.
Miquel, yo y Saha en la playa de Nha Trang.
Tras contratar esas inmersiones, nos fuimos un par de horitas a la playa. Sorprendentemente, una playa larga, con poca gente, de agua realmente cristalina, arena blanca, con un fondo estilo Benidorm, de hoteles altos y algunos chiringuitos de cierta clase a pie de playa, junto al paseo marítimo. Comimos con Yoan y su amiga y volvimos por la tarde a la playa. Con lo fuerte que daba el sol, no tardamos en quemarnos, consecuencia de lo cual puedo afirmar que tengo la espalda totalmente pelada: desde los hombros hasta media espalda.
A última hora de la tarde, ellos decidieron irse a ver una pagoda con un buda blanco, que yo decliné, más que nada porque pagodas y budas, llevo unos cuantos y necesitaba descansar. A su vuelta, fuimos a cenar. La idea era una pequeña mariscada, al estilo de la de Stone Town (Zanzíbar) de hace casi un año, pero los precios eran algo desorbitados, así que nos conformamos con unos calamares, gambas, algo de arroz… Y luego, a tomar una copa a uno de los elegantes garitos que hay a pie de playa. Al llegar, había poca gente, casi todos vietnamitas (o asiáticos, que ya sabéis que a veces uno no sabe si son vietnamitas, chinos, japoneses, coreanos o taiwaneses), bailando un poco al estilo ye-ye de hace 45 años en España. Luego fueron llegando turistas y la mezcla era un poco extraña, con estilos de comportarse, bailar y relacionarse taaaaaaaaaaaaan diferentes. Yo opté por una posición un poco más observadora (me encanta eso de ver cómo se comporta la gente) y ves cosas realmente curiosas. Pero eso daría para una entrada por sí misma y no es cuestión de alargar esta entrada. Nos fuimos a dormir tarde (casi a la una), que sí, que ya sé, que os podéis reír, pero era tardísimo para nosotros, acostumbrados en estas semanas a desayunar a las 6 ó las 7 de la mañana, comer a las 12 y cenar a las 18 ó 19 h… y teniendo en cuenta que a las 6:30 debíamos despertarnos para irnos a bucear.
Las inmersiones estuvieron bien, como dije antes, sin ser nada del otro mundo, pudimos ver Miquel y yo dos pulpos enormes, moviéndose por entre las rocas, una morena de algo más de un metro deslizándose por el fondo (información: “una morena” en el mar no es una mujer con pelo negro que padece enanismo, sino un tipo de pez alargado, como una serpiente), nos adentramos en alguna cavidad (¡¡mis primeras cuevas!!) y alucinamos un poco con el bajísimo consumo de oxígeno del dive master que nos guiaba: yo bajé a 60 BARs y él tenía… ¡¡140!!!. Nos comentó que alguna vez había llegado a estar dos horas buceando. ¡¡Ufff, increíble!!. Aunque he mejorado muchísimo mi nivel de buceo tras 11 inmersiones por Asia (Bali, Borneo, Malasia, Thailandia y ahora en Vietnam), tengo que aprender aún a mejorar y reducir mi nivel de respiración bajo el agua. Como también me ronda por la cabeza hacer algo de yoga a mi vuelta (a probarlo, que creo que puede ser interesante) pues eso seguro que también me ayudaría con el tema de la respiración.
Esa misma tarde, último autobús nocturno: Nha Trang-Saigón (Ho Chi Minh). Unas 13 horas de camino. Miquel y yo decidimos ponernos al final del bus, con unas literas en la parte baja, que formaban 3 camas juntas. Nos pusimos a ver “El Padrino”, allí, los dos tranquilitos en mi netbook… hasta que el autobús se llenó y un vietnamita se acostó junto a Miquel, en la cama que quedaba libre de las tres. Creo que se enamoró de él, porque invadía su espacio vital, le pasaba la pierna por encima, se le acercaba… jajajajaja… Vaya nochecita que le dio, pobre.
Sabía que tenías éxito con las mujeres, pero esa faceta con los hombres la desconocía, jajajaja…
Mientras, Saha, a lo suyo: leyendo libros uno detrás de otro porque es incapaz de dormir en los transportes. Y Valdi… Valdi se duerme de pie, así que cuando se acuesta… Hay videos que lo atestiguan, amigo. Te has ganado a pulso el título de dormilón 2.011.
El sur y las atrocidades de la guerra, para la siguiente entrada.
Un abrazo.

1 comentari:

  1. Joder noi me estreso al leerte, mucha densidad de informacion por parrafo, correspondiendo con el volumen de actividades por dia. Bueno esta bien, seguro q habeis disfrutado mucho, me alegro!
    Nosotros hemos empleado algun dia mas (jeje como 2 o 3 veces mas). A mi Hue me gusto, pero el calor insoportable. Hoi An demasido artificial aunque bueno, la playa esta bien y los templos chinos y pagodas tb. Nha Trang ya ves lo q es, si te gusta este rollo pues vale, si no... Nosotros estamos aki ahora pq no nos queda mas remedio x tema robo aunq ya nos vamos.
    A mi en general Vietnam me esta decepcionando, lo encuentro demasiado explotado. Aunque puede q tb el problema haya sido q estamos en agosto y quieras q no, se nota
    Un abrazo!

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