Sköldólfsstadir, Islandia, 4 de Agosto de 2023
La vida te da sorpresas constantemente y lo que planificas o imaginas de una manera, se transforma en algo diferente. O con matices. O evolucionado. En cualquier caso, no era la idea que tenías en mente.
Explico esto porque mi idea era venir a Islandia en Septiembre, solo, y alquilar una furgoneta para recorrer el país y ver auroras boreales... La cuestión es que no había reservado nada porque mi continuidad profesional en la Compañía donde estaba no la tenía muy clara. Así que decidí dejar que las cosas maduraran y adaptarme a lo que sucediera, sin forzar nada y, si debía cambiar de destino o, incluso, renunciar a hacer viaje este año, pues eso haría.
Así, entre Mayo y Junio se concretó mi salida de la Compañía donde estaba (qué alivio, por Dios!!!) y solo tenía un objetivo por delante: finalizar mi Máster en Business Agility. Pero eso me daba libertad desde finales de Julio en adelante. Así que hablando con Valdi (un viejo conocido de este blog) y con Gus (debutante aquí), ellos tampoco tenían nada definido y nos pusimos los tres (entre ellos no se conocían) a definir posibles destinos con solo un mes de antelación... Barajamos Este de Europa (Polonia, Rumanía, Albania), Islas Lofoten en Noruega, algún país de Asia Central (Uzbekistán, Turkmenistán, Kazhajistán, etc), Islandia ...
Y también debo deciros que ganó Islandia de manera apabullante. Reservamos una Indie Camper (ya os hablaré de ella) y aviones y... listos!!
El recorrido yo lo tenía ya mirado y marcado, por lo que con pequeños ajustes que proponen Gus o Valdi, en su esqueleto estamos siguiendo lo que yo tenía pensado: la vuelta a todo el país, no ya solo por la Ring Road, sino algo más...
Nos subimos al avión en BCN Gus y yo para llegar a Keflavik pasadas las 20:30 h. después de surrealismo puro con Wizz Air y el aeropuerto de Malpensa en Milán.
Valdi llegaría directo desde Tenerife, ya de madrugada.
Tras encontrar el Airbnb donde dormimos la primera noche, regentado por una familia cubana que lleva 15 años aquí, Gus y yo paseamos por la 5ª ciudad más grande del país ... y empezamos a entender la magnitud de las cifras. Por ridículas, digo. En toda Islandia viven menos de 400.000 personas, concentradas, básicamente, en Reyjkiavik y ciudades de alrededor. Y el resto del país, tienes algunas pequeñas poblaciones en zonas costeras pero en zonas interiores "la Nada". Ya desarrollaré esto.
A la mañana siguiente, antes de recoger la Camper, vamos a pasear por Keflavik con la intención de desayunar y pasar por un supermercado para comprar cuatro productos básicos para los primeros días. No obstante, hemos traído sobres de varias sopas instantáneas y embutidos varios...
Pues no hubo manera de encontrar un lugar para desayunar en la ciudad hasta pasadas las 11 h, que abría un hindú... así que nuestro mono de café (el mío puede ser insoportable, lo reconozco) estuvo por encima del hecho de pedir un strong coffee acompañado de un lamb kebab. No hagáis preguntas, por favor. Gracias...
Recogimos la Camper y comenzamos el viaje. En teoría son 12 noches, a 100 km por noche. El sobrekilometraje, habrá que pagarlo. Y después de 5 días ya hemos asumido que pagaremos un extra importante aquí...
Empiezo conduciendo yo, no sin poca precaución, que no he cogido nunca un vehículo tan grande. Y nos vamos hacia la península de Snaefellness, a menudo olvidada por las hordas de turistas.
Hacemos alguna parada, como la cascada de Glymur, con un trekking de apenas 7 Km ida y vuelta pero de un gran desnivel (casi 400m). La cascada, impresionante ... Por cierto, el Círculo Dorado lo dejamos para el final...
Esa noche dormimos en un Camping precioso, cerca de Olafsvik, pero ya tenemos que pagar la primera novatada: no tenemos batería para encender la calefacción por la noche y al llegar al Camping todos los enchufes estaban ocupados... aunque también os digo, que nos costó 2 noches más averiguar cómo coño se encendía la calefacción.
A media noche, yo estaba tiritando de frío. Me levanté a coger mi chaquetón para ponérmelo, ponerme la capucha y meterme bajo el nórdico... entré en calor, sí, pero fue la génesis de 3 días horribles que he pasado con anginas, fiebre y vómitos...
El día siguiente aún no había sucumbido, así que hicimos las visitas y paradas normales, visitando un volcán (Saxholl), una playa de arena negra (Djúpalónssadur), la famosa cascada Kirkjufell... y de ahí, ya, hacia la península de Siglufjördur: paisajes impresionantes, fiordos que caen hacia el mar, laderas inabarcables de belleza majestuosa, casitas aisladas, caballos semisalvajes pastando a su aire, ovejas por todos lados...
Todo esto lo hacemos en una mañana, alternándonos Gus y yo con la conducción. Llegamos a Akureyri, un pueblecito pesquero bastante grande para lo que son aquí estos pueblos. Nos damos el primer pequeño lujo: ir a un restaurante... se estaba mascando la tragedia y yo aún no lo sabía...
Intentamos ir a ver las ballenas en Akureyri, pero a las 17:00 h había mucho viento y no había salidas. Teníamos que esperar hasta las 20:30, así que decidimos seguir los planes iniciales y seguir hasta Husavik pasando por la imponente Godafoss... y ahí se desató todo!!
Nada más bajar, noto que mi estómago no está bien y acabo vomitando lo del mediodía. Y empiezo a sentirme débil. Unas décimas de fiebre. Visitamos la cascada, pero yo super despacio y sin fuerzas...
Llegamos a Husávik, donde habíamos ya comprado la salida para ir a avistar ballenas y ver frailecillos. Habíamos comprado 3 tickets...
Por cierto, para los amantes de la fotografía: si venís a un país como Islandia, hay que venir con un objetivo gran angular, como mi Tokina 11-20 mm... Que ha dejado de funcionar aquí al segundo día. Así que a tirar del Tamron 18-270 mm, todo el viaje.
Ánimo, Sergio, que esto se remonta!!
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