Mizpe Ramon, Israel, 3 de Enero de 2020.
La intención inicial era recorrer esta parte de Israel antes de visitar Jerusalén, pero por cuestiones logísticas invertimos el orden, dejando esta zona para el final.
El sureste israelí es, básicamente, desierto. Está encajonado entre la península egipcia del Sinaí y el Mar Rojo (al suroeste), el Mar Muerto (a su noreste), la franja de Gaza (al oeste) y Palestina (a su norte), siendo conocida como el Desierto del Neguev. Y en esta zona hay algunas visitas muy interesantes que no nos han defraudado en absoluto.
Salimos de Jerusalén con destino a Masada y el Mar Muerto. Tras más de 2'5 horas de conducción, llegamos al Masada National Park, de gran simbolismo judío ya que aquí resistieron el asedio romano durante varios meses en el 34 aC los últimos judíos zelotes, que acabaron por suicidarse cuando se vieron acorralados y sin esperanza alguna. La subida en teleférico es rápida, pero ya brinda unas panorámicas sobre el Mar Muerto realmente espectaculares. Y la ciudad-fortaleza, erigida por Herodes el Grande, es de una maestría arquitectónica y estratégica militar admirables, con el Palacio del Norte que debió ser una joya increíble en aquellos tiempos.
Masada y el Mar Muerto
Para mí, apasionado de la Historia, visitar este punto era casi de obligado cumplimiento en este viaje y aunque en algún momento estuvimos a punto de descartarlo, finalmente aquí llegamos...
De ahí hacia Mizpe Ramon, una ciudad bohemia al borde del Maktesh Ramon (cráter Ramon). Tras buscar en varios alojamientos acabamos en uno con unas vistas sobre el cráter preciosas, un precio ajustado... Y una habitación espartana. Y cuando digo espartana, quiero decir "muy espartana". Viajando he dormido en muchos sitios, en algunos de ellos con una pinza en la nariz... Pues este lo recordaré por estar ahí, en el límite de lo aceptable.
Salimos a cenar algo en un Restaurante de comida casera que nos han recomendado y, sí, la comida era deliciosa, aunque hayamos tenido que esperar hora y media a que nos atendieran.
Maktesh Ramon
Y hoy hemos visitado el Maktesh Ramon. Caminando al Visitors Centre a que nos aconsejaran algo para ver hoy y nos recomiendan dos opciones: una bajando caminando por el borde del cráter (unas 4 horas) y otra con varias opciones derivadas en el centro del cráter, con un recorrido de entre 4 a 9 kilómetros y hablan de 5 a 8 horas y además hay que coger el coche... Desayunamos y finalmente nos decidimos por la segunda opción, así que tras volver a nuestro Eco-Lodge (ahí ya os doy muuuchas pistas) nos subimos al coche y bajamos al cráter con nuestro mapa. Al estar en el borde y comenzar a bajar, Valdi y yo recordamos el cráter del Ngorongoro en Tanzania, aunque este es desértico y aquel un vergel de fauna salvaje. Esto da pie a debatir cuál de los dos es mayor que el otro...
Trekking por el Maktesh Ramon
Y hacemos un trekking que, inicialmente, nos marcaba como entre 6 y 8 horas sin añadidos... Bueno, el trekking que hacemos es espectacular, con paisajes rocosos, desérticos, en algún tramo riachuelos, rocas erosionadas, desfiladeros, arena cobriza,... El sol se agradece y la temperatura es ideal, porque hacer esto de junio a septiembre debe ser muerte directa, imagino. Además, es en su mayoría plano, por lo que para Valdi (acostumbrado al Teide) y para mí (acostumbrado al Pirineo), es muy sencillo. Tanto, que hacemos en 2'5 horas lo que marcaba para 6 y decidimos alargar un par de kilómetros para llegar a un mirador al que llega Valdi. A mí ya no me apetece subir 150 metros más y me quedo unos minutos admirando el paisaje rocoso, la brisa azotando mi rostro, el silencio, la soledad, el cielo enorme...
Ha sido un gran broche para este viaje: un trekking de unos 10 kilómetros por este cráter que merece mucho la pena si tienes días de camino a Eilat (en el Mar Rojo) o como complemento a Masada y Mar Muerto.
Epílogo: Ben Gurion Airport.
Pero el broche esperpéntico ha sido pasar todos los controles para subir al avión. A Valdi le han dejado pasar relativamente rápido, pero a mí...
Antes del Chek-in hay un control donde me han sometido a un interrogatorio increíble. Algunas preguntas han sido:
- Propósito del viaje a Israel?
- Viajas sólo o con alguien?
- Qué recorrido has hecho?
- Qué fuíste a hacer en Jordania?
- Cuándo estuviste en Jordania?
- Dónde dormías en Jordania?
- Conoces a alguien en Jordania?
- Qué fuíste a hacer a Egipto?
- Conoces a alguien en Egipto?
- Cuándo estuviste en Sudán del Sur?
- Qué hacías en Sudán del Sur?
- Conoces a alguien en Sudán del Sur?
- Nombres?
- Cuándo fue la última vez que hablaste con ellos?
- A qué te dedicas?
- De qué trabajaste allí?
- Cuándo estuviste en Malasia?
- Y en ese viaje, cuánto tiempo estuviste en cada país?
- Llevas armas?
- Llevas explosivos?
Tras facturar mi mochila, vamos al control de pasaportes. A Valdi lo pasan por una fila normal y a mí me ponen en otra a parte donde sólo hay una chica. Pinta a registro exhaustivo... Y así es. Me acompañan dos chicas a un apartado, vacían mi mochila pequeña entera, registran la cámara, el e-book, los bolsillos, me revisan la chaqueta, pasan detectores de algo (droga? Explosivos?) a conciencia en cada rincón de mis pertenencias.
Me hacen quitar los zapatos y me llevan a un escáner. Me escanean y me hacen esperar sentado. Recibe una llamada el chico que está conmigo. Parece que le dicen que lo repita con los brazos en alto. Me vuelven a escanear y salen 4 puntos rojos... Ah, sí, llevo una camiseta de mangas extraíbles con cremallera y unos botones interiores... Y esas son las marcas. Me revisa mangas y botones interiores, me cachea concienzudamente...
Desde nuestro inicio de chek-in con el interrogatorio, control de pasaportes y registro exhaustivo, han pasado unos 40 minutos. Ni miedo, ni nervios, pero incomidad máxima, aunque es algo lógico teniendo en cuenta los países en los que he estado y algunos con historia bélica con Israel a sus espaldas: Egipto, Jordania... Y eso que no constaba en ningún sitio que hace 4 meses estuve en Irán. Si llega a salir el sello en mi pasaporte, creo que no me hubieran dejado ni entrar ya...
En fin, una experiencia desagradable para finalizar un viaje que ha ido in crescendo y que da para otra entrada con mis valoraciones sobre estos dos países: Israel y Palestina.