Tokio, 29 de Julio de 2017
Arrastro un jet lag considerable, producto de haber dormido unas 14 horas de las últimas 60 horas, calculo a grosso modo.
Salíi de casa temprano, en previsión de colas en El Prat. Eran las 5:25 cuando crucé la puerta y pensé: "te vas a Japón". El bus se retrasaba así que opté por el Plan B, que era llegar a la L9 del metro e ir con ella hasta el aeropuerto. Mi mochila es un sello de identidad que me enorgullece, con sus casi 30 banderas cosiditas y me doy cuenta de que mucha gente se la mira. No en vano, en el metro, habia 3 chicos hindues sentados delante mio. Miraban algun video gracioso en el movil de uno hasta que observaron mi mochila, revisaron banderas y vieron la de India. Entonces uno me pregunto si es que habia estado y al afirmarle que si, me pregunto que en que ciudades. Se las voy enumerando y acabo en Amritsar, hogar de los sikh y a los tres se les ilumina la cara: su casa!!!. Hablamos unos minutos hasta que se apean y me dan la mano...
"Esto empieza bien", pienso.
En el aeropuerto, llego mas de una hora antes de que abran los mostradores de facturacion y me he colocado en una estupenda quinta plaza para facturar mi mochila. Sorprendentemente, una pareja mayor se cuela por delante sin hacer la cola ante la indignacion de algunas personas. Finalmente, intercediendo una mujer de seguridad, los ubican igualmente los primeros en el cuarto mostrador.
Cuando abren la facturacion, de cuatro mostradores abren tres y el que tarda un rato en abrir es donde estaban los jetas estos. La mujer me mira, habla con el marido y veo la intencion que tiene. Tengo una pareja joven delante mio y otra pareja detras y hablamos los 5... "Si se piensan que se van a colar aqui lo llevan claro". Dicho y hecho... Le tengo que plantar mi mochila delante del carrito a la mujer porque ya estaba dispuesta. Obviamente, no le gusta y tenemos un pequenyo intercambio de pareceres... Y ahi lo dejo.
No recordaba las sensaciones de viajar en avion, recorrer aeropuertos, puertas de embarque, fronteras, etc... pero esa sera otro dia, que aun quiero explicar aqui muchas cosas.
El viaje transcurre sin sobresaltos, mas o menos todo segun lo previsto. Llego a Tokio a las 8:45 de la manyana (7 horas mas que en Catalunya) y paso los tramites oportunos, saco dinero en efectivo y compro el billete de tren para ir hasta Asakusa, donde tengo mi hostel (lo unico reservado con antelacion).
Una vez llego a la estacion de Asakusa, empieza mi pequenyo calvario. Ciertamente, estaba convencido de que no seria dificil ubicarse, orientarse y moverse por Tokio... craso error!!!. Para empezar, las calles no estan todas nombradas en nuestro sistema de escritura, por lo que en muchos momentos es una tortura. De esta guisa, empiezo a caminar por la zona, un poco intuyendo por donde debe estar el Hostel, pero certeza ninguna. Pregunto una vez a un chico (que habla menos ingles que yo swahili) y me hace volver... y luego vuelvo de nuevo. Una misma calle la he hecho tres veces. No una, no dos... tres veces. Arriba y abajo, con mis dos mochilas. Era para saborear el barrio, vaya...
Cuando llego a la conclusion de que esta por donde pensaba de inicio, cruzo una avenida principal y empiezo a notar que esta caliente-caliente... si bien encuentro una calle que se denomina igual, hay un numero diferente de los tres de la direccion, lo que implica que no es esa calle, pero esta muy cerca. Necesito preguntar dos veces mas hasta que doy con el Hostel... Llego pasadas las 12 y aunque me dicen que no puedo hacer el check-in hasta las 15 h., la chica se apiada de mi y me deja entrar al momento. Una ducha, por dios!!!. Ah, curioso que en las instrucciones del Hostel te explican como se hace una cama. No se que tipo de gente se hospeda aqui que no saben hacerse la cama... Si aqui venimos los pobres, todos nos la hacemos, no?. Si esto fuera el Hilton o el Mandarin pues igual los huespedes de alli no se hacen la cama desde hace anyos, pero los que venimos a un hostel... en fin, sigo.
Me ducho, me adecento un poco y pienso que tengo que aprovechar la tarde, aunque este muerto (apenas he dormido 4 horas en el avion y de aquella manera), pero prefiero no dormir hasta la noche y quitarme el jet lag cuanto antes, ademas de no poder permitirme el lujo de estar una tarde durmiendo...
Salgo a la calle dispuesto a visitar un par de zonas de Tokio. Y comienza una pesadilla... Compro el billete de 24 h. y empiezo a entrar y salir del metro. Entro por una puerta, subo a un tren, me he equivocado, bajo, salgo por otra puerta, vuelvo a entrar por la primera, subo a un tren, me equivoco de linea... putos mapas de la Lonely Planet!!!. Os juro que he estado como cuarenta minutos dando vueltas en bucle, como un pollo sin cabeza iba por el metro de Tokio. Si alguna vez me pierdo en mi vida, buscadme en alguna de las lineas del metro de Tokio, fijo que aun estoy dando vueltas... Aunque sobre el papel tienen colores, en algunos sitios les dan el nombre pero sin colores, ademas estan las lineas de tren y os prometo por Snoopy que he visto a japoneses perderse en el metro tambien. En serio!!. Gente que sube al vagon y se baja antes de que arranque... o gente que mira un plano va hacia su derecha y a los pocos metros se detiene, piensa, se da la vuelta... brutal!!!
Por cierto, vamos a empezar a romper mitos de Japon: comer es muy caro. Falso!!. Puedes comer un par de platos por unos 15 euros y si con unos buenos ramen tienes suficiente, por 4-5 euros los puedes tener. Llevo un dia aqui y veo que lo de los japoneses por la comida es pura pasion: restaurantes y paradas de todo tipo, en todos sitios, a todas horas. Yo al final he comido en un restaurante de estos de comida rapida con cinta transportadora: makis, nigiris y sashimi... me he puesto las botas por esos 15 euros, aprox.
He visitado Shibuya y lo de esta gente es brutal. Quizas influye mas que hoy es sabado, pero estar en el famoso cruce y ver centenares de personas cruzando la calle en horizontal, vertical y diagonal cada vez que se pone en verde el semaforo peatonal alucina. Tambien he entrado en un par de pachinkos, con los japos ahi dandole a los botones de colores de manera frenetica y casi endemoniada. Unos fuman, otros beben, no hablan, hay mucho ruido, colores, musica... una autentica frikada!
Mas tarde, tras dar unas cuantas vueltas sin saber/poder/querer ubicarme, me he dirigido hacia Harajuku y su parque, atravesando una fiesta latina, por cierto; frijoles, empanadas, ceviche... flipa... En Harajuku queria visitar tambien el Meiji-Jingu, pero resulta que el parque esta como dividido en dos y yo no lo encontraba en el que he visitado... y cuando me he dado cuenta de esta sutil division que en la Lonely Planet obvian (es un poco desastre esta guia de Japon, en serio, y mira que soy fan de la LP, pero esta es infumable ahora que estoy aqui) eran casi las 17 h y... ha comenzado a llover. Bueno, no ha comenzado a llover, ha comenzado a diluviar!!. El puto Murphy tenia que aparecer, como no. Yo, tan feliz en mi economia de espacio, deje mi poncho en casa pensando que como narices iba a llover en Japon en Agosto. Pues toma, la primera en la frente, por listo!!
He entrado a tomar un cafe en condiciones a un italiano (un verdadero cafe, no los sucedaneos que llevo ingiriendo desde que sali de BCN) esperando que amainara. Al rato, seguia igual y he pensado que cogeria el metro e iria hacia Shinjuku, a ver si habia suerte alli. A veces creo en los reyes magos, porque eran dos paradas... obvio, diluviaba igual. Pero he conseguido un mapa del metro de Tokio que ha empezado a salvarme la vida, de manera casi literal. Asi que resguardado, me he sentado en un porche y revisado bien lo que quiero hacer manyana, que se me acumula con lo de hoy y tengo que ir por faena, mirando estaciones, trasbordos, etc. Pinta mejor, vamos.
Luego ha amainado un poco y he salido a pasear lo que he podido. Shinjuku es, simplemente, bestial... lo que he podido ver parece salido de una peli futurista, con carteles de neon, pantallas hipergigantes, luces, musica, gente arriba y abajo, tiendas de todo tipo, hoteles... alucinante!!. Cuando paseaba he visto un grupo de mujeres con trajes tipicos, tocando una especie de pandereta unas, una especie de tambores otras, bailando de manera acompasada, soltando algun grito y cantando algunas estrofas en japones. Y ahi me he parado, mientras llovia, y sin paraguas a verlas. Y ha sido el primer momento maravilloso del viaje; estar ahi, escuchando su tararear hipnotico, sus movimientos delicados, su intensidad, la pasion con la que realizaban ese espectaculo pese a la lluvia... y yo parado, a un metro, las gotas resbalando por mi rostro, mi camiseta empapada, la camara a un lado... como una escena de pelicula, hipnotica. Me ha embargado la emocion, ese momento de conexion total con el momento, con el fluir, con dejar que la musica traspasara los poros de mi piel... incluso, lo reconozco, alguna lagrima de emocion ha asomado en mis retinas. Ha sido un momento precioso.
Para mas inri, frente a esta exhibicion he visto una tienda de Gucci y he entrado... a ver nuestros maniquies!!. He preguntado a un dependiente, pero no hablaba ingles asi que ha llamado a la encargada y le he explicado que yo trabajo en la empresa que se los fabrica en Espanya (no iba a explicarle todo el tema ahora de Catalunya, que fuera llovia mucho, recordad) y no se lo creia. Me ha dejado hacer algunas fotos de los maniquies que fabricamos en Olot. Ahi es nada...
Ha arreciado fuerte la lluvia y he decidido que era momento de volver, dejando Shinjuku para manyana o pasado (porque volvere seguro!!). Esta vez el problema lo he tenido en el laberinto subterraneo de galerias, comercios, conexiones de trenes, de metros, parkings, mas galerias comerciales, restaurantes... la madre que los pario, tienen un laberinto sobre tierra y otro bajo tierra!!. En serio, muy bruto. Demasiado para ser cierto. Y me he perdido en ese laberinto como una hora, caminando arriba y abajo. Me indicaba una estacion de metro, pero resulta que salia a la calle. Y otra vez a preguntar a los tokiotas en plan indio: nombre de la estacion y por senyas, que no dan para mas.
Si hoy me hubieran acompanyado todos los tokiotas a quienes he preguntado en algun momento, seria como el flautista de Hamelin, os lo juro... 30? 40?. Puffff...
He entrado en otra tienda de comida rapida para preguntar por la estacion de metro y por senyas, me ha indicado. Cuando iba a salir, me hace un gesto con la mano, que me espere. Se mete dentro y con que vuelve en la mano? Efectivamente, con un paraguas para mi... me lo ha regalado. Supongo que le he provocado pena extrema, la pinta que llevaba ya.
Y de vuelta a Asakusa, al salir del metro, fuegos artificiales. Olor a polvora. Neblina, luces de neon, karaokes que se observan desde la calle... Personas disfrazadas directamente. Lo mas cerca que he estado de vivir en Blade Runner, en serio.
No ha estado nada mal el rito iniciatico de perderse por los laberintos tokiotas. Manyana, mas...