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divendres, 4 d’octubre del 2019

Reflexiones finales sobre Irán

Barcelona, 3 de Octubre de 2019.

Ahora que han pasado ya 10 días de mi vuelta de Irán y se han asentado sensaciones, pensamientos y emociones, trataré de plasmarlas en esta entrada.

Irán no es un país fácil para viajar por varios motivos que intentaré exponer a continuación.

El hecho de que poca gente (casi nadie, de hecho) hable inglés, dificulta la comunicación para muchas cosas: adivinar precios cuando compras algo en un supermercado, entrar en un restaurante donde eres el único extranjero y no hay nada en inglés ni en alfabeto latino, adivinar dónde para el autobús al que te subes, explicarle a un taxista dónde quieres ir, etc. El alfabeto, además, es en farsi, por lo que no entendemos nada y no siempre hay indicaciones escritas en alfabeto latino.



Por otro lado, el desarrollo del turismo tampoco es un alarde de medios. Las infraestructuras turísticas, a menudo, son escasas, muy escasas. Si en otros países donde he viajado encontraba un lugar para dormir cada 3 minutos caminando, aquí he llegado a caminar en alguna ciudad más de 45 minutos buscando lugar para dormir. Y a menudo, la oferta, escasa. Los restaurantes para extranjeros, tampoco abundan, y con cartas en farsi y no te hablan en inglés.

Finalmente, en algún momento se produce un choque cultural que puede impactar en algunos usos sociales. Todas las mujeres, todas, llevan chador en la cabeza (el pañuelo que les cubre el pelo), pero no llevan nikab ni burka. Aunque Irán ha sufrido en los últimos 35 años una lucha encarnizada entre la parte de la sociedad progresista y la parte conservadora, de momento en muchas cosas se ha impuesto aunque con matices, la conservadora. Ello no impide que las mujeres se hayan incorporado de una manera progresiva a la sociedad y, hasta donde yo he podido observar, no son tratadas tal y como pensaba inicialmente. He visto a mujeres trabajando codo con codo con hombres, mujeres muy arregladas y maquilladas, con tejanos y vestidas modernas (aunque con el chador). Es cierto que no van con minifaldas, tienen prohibido el acceso a algunos recintos, en el metro de Teherán hay vagones separados, etc… pero no perdamos la cabeza. Sin compartir este trato discriminatorio (aún) hacia la mujer en la sociedad iraní, y sin entrar en debates feministas (a quienes os apoyo incondicionalmente) tampoco debemos perder de vista que hay situaciones en nuestro día a día, en nuestras ciudades, que son igualmente reprochables pero como forman parte de nuestro paisaje diario, las hemos asimilado como algo cotidiano. Además, siendo una República Islámica, hay ciertas precauciones que uno debe tener a la hora de visitar mezquitas, hacer fotos en algún lugar muy sagrado, guardar ciertas formas a la hora de vestir, etc., pero vamos, nada más allá de mostrar un poco de respeto hacia las costumbres del país visitado.


Estos 3 aspectos son los que pueden incomodar a alguien a la hora de venir a Irán. Y los pongo sobre la mesa para que cada uno valore. Para mí, los tres aspectos le otorgan un encanto especial y diferenciador al país respecto a otros.

La comunicación, con una sonrisa, alguna palabra en farsi y buena voluntad, se resuelve: escribiendo cantidades en la calculadora del teléfono, enseñando billetes para pactar un precio, señalando el plato de comida de alguien, preguntando qué quiere decir algo que está escrito, etc… y siempre con una sonrisa!

Que haya poco turismo es, definitivamente, lo que más me atrae y proporciona a Irán ese halo de país exótico por descubrir, de tener que estar en contacto con la gente, de mezclarte, de respirar su esencia alejado de parques temáticos tipo Kao San Road en Bangkok, Jamaa el Fna en Marrakech o Las Vegas en USA.

Y respecto al tema cultural, es algo que me atrae mucho. Más allá de que comparta o no con otra sociedad un valor o una forma de entender las relaciones personales o sociales, más allá del fervor religioso que respeto aunque yo sea ateo, más allá de costumbres contrapuestas a las mías, si vengo aquí es porque quiero y me enriquece ver la vida desde otro prisma, sin juzgar, sin valorar, sin calificar.

De tal modo, lo que para algunas personas puede ser un hándicap para venir aquí, para mí es una oportunidad de crecer, enriquecerme, vivir, presenciar, disfrutar… dejarse llevar, sin más.


Respecto a los puntos positivos, pues es que la lista sería muy extensa.

Así que, con tu permiso, te diré que, deberías venir a Irán si…

· Eres un salmón que te pasas la vida nadando a contracorriente. La sociedad, los ministerios, los medios de comunicación, nuestros familiares y amigos… todos te bombardean con la idea de que esta zona del mundo, incluyendo Irán, es como un agujero negro del que no vas a volver si lo pisas. Pues te animo a que lo compruebes por ti mismo.

· Quieres dejarte llevar por las cosas que pasan, siendo flexible en tu viaje, adaptándote, aceptando imprevistos, cambios, invitaciones a comer con alguien, hacerte fotos con completos desconocidos…

· Si valoras el factor humano, más allá de lo que te expliquen. Si te gusta entrar en contacto con la gente local, la gente de Irán te enamorará: hospitalaria, amable, respetuosa, tranquila en general, cálida, divertida, agradecida… He estado ya en 32 países y a la altura de Irán en este aspecto, se acerca algo Japón… pero es que en Japón no me invitaron a dormir en casa de nadie y en Irán me han ofrecido hasta 4 casas!! Además, me han ofrecido fruta, té, sentarme a comer con alguien que me veía que era de fuera, me he hecho decenas de fotos, me han pedido Instagram, mi whatsapp, me han ayudado incluso por encima de sus necesidades… brutal!!!

· Si no te importa pasar de observador a ser el observado. En la mayoría de sitios, el que observa es el que viene de fuera y cuando hay cierto número de visitantes, eres uno más entre centenares y nadie te presta atención. Pero cuando hay pocos que vienen de fuera, la gente local pasa a observarte, porque eres el extraño, la novedad… y eso pasa a menudo en muchas zonas de Irán donde hay muy poco turismo.

· Si te preocupa la seguridad… ya, ya, ya, lo sé! Sé que te dicen que Irán forma parte del eje del mal, que devoran niños, queman a occidentales, enriquecen uranio para bombas nucleares que acabarán con la vida en la tierra durante siglos y que llevan cola de diablo. Pues nada, si te crees la propaganda, no vengas. Pero si me otorgas un poco de credibilidad, créeme que en ningún momento he tenido ninguna sensación de peligro o inseguridad. Es más, te diré que he tenido algún incidente en Marrakech, en Vietnam o en Ciudad de Guatemala, y algún pensamiento de “cuidado aquí” en Tanzania, El Cairo, San Francisco o New Delhi. Joder, incluso en el Raval de Barcelona, mi ciudad, voy con mil ojos y pensando “a ver qué pasa ahora”… pero nada de eso ha pasado en Irán. Y si quieres, mira otros blogs de viajeros que han estado por aquí y hazte tu propia composición de lugar.

· Si te apasiona la Historia, ven a Irán, crisol de culturas, lugar de batallas entre imperios míticos, origen del imperio persa, lugar de nacimiento de generales extraordinarios como Ciro, Jerjes o Artajerjes, lugar de paso de personajes como Marco Polo en la ruta de la seda o generales de potencias extranjeras como Gengis Kan o Alejandro Magno, ciudades cargadas de historia como Isfahan, Shiraz, Kashan…

· Si tienes un presupuesto ajustado, ven a Irán. Lamentablemente, con el bloqueo económico, actualmente Irán está pasando un momento delicado y su moneda se ha depreciado una barbaridad. Y es triste… por ese motivo, viajar ahora a esta maravilla persa, es baratísimo. Para que te hagas una idea, 18 días de viaje, con vuelo de avión BCN-Teherán ida y vuelta, visado de entrada al país (75 €, que es lo más caro), vuelo Tabriz-Teherán, alojamientos, comidas, entradas (casi en todos sitios entras por 150.000 IRR, lo que al cambio es como 1’25 €), desplazamientos (buses, taxis, tren nocturno…), propinas, etc. me ha salido por menos de 1.000 €.

Como ves, los pros golean a los contras de manera abrumadora.

Finalmente, reflexiones de cierre.

Tres días antes de finalizar mi viaje, acabé la novela que leía en mi ebook. Y me puse a buscar entre los centenares de libros que llevo allí a ver si tenía alguno de Irán. Y allí apareció, como esperándome, como llamándome, como reclamando mi atención. La novela se llama “A la sombra del árbol violeta” de Sahar Delijani. Con diferentes saltos en el tiempo, narra las últimas 4 décadas en la historia de Irán, desde la Revolución de los 80, la contra revolución que impulsó la parte conservadora de la sociedad, el contexto de la guerra de 8 años con Irak, la nueva oleada revolucionaria de inicios del presente siglo, la represión, los muertos, el miedo, los sueños truncados, los reencuentros… Debo admitir que sólo el “Paula” de Isabel Allende me había encogido tanto el corazón. Este de Sahar Delijani es una delicia, aunque muy duro. De cómo ella nace en una prisión hija de una represaliada política, de fosas comunes, de persecución ideológica… Y esas cosas no se perciben en la superficie de la sociedad, seguramente está en estratos más profundos, más íntimos de la sociedad, también habrá miedo. Y para mí, leer esta novela que habla de no hace tantos años, ha sido impactante, porque te ofrece una perspectiva que no había tenido hasta ese momento, entendiendo que hay muchos matices imperceptibles que están en un sustrato invisible a nuestra mirada fugaz.

Para que os hagáis una idea, es como si en el país vecino de Catalunya, hubiera triunfado el 11-M cristalizando en un gobierno de Podemos, entonces va VOX y se enfada mucho, consiguiendo llegar al poder y aniquilando a los podemitas: encarcelando a disidentes ideológicos, cavando fosas comunes y matando a militantes opositores a miles, forzando al exilio a otros miles, retrotrayéndose a normas sociales antiguas y conservadoras…
A que suena atroz?. Pues eso es lo que han vivido los iraníes estas últimas décadas y ahí siguen, con una revolución silenciosa, burlando la censura en redes sociales prohibidas por el gobierno, las mujeres operándose la nariz para realzar su atractivo, otras entrando en los vagones del metro para hombres, ganando espacios en la sociedad…

Y tú puedes pensar: “pues eso es una Dictadura y yo paso de ir a Dictaduras”. Si vives en el país vecino de Catalunya, te recuerdo que…

· Hay presos políticos por disidencia ideológica y por poner unas urnas para votar (que serán condenados a muchos años de prisión los próximos días).
· Hay chavales acusados de terrorismo en la prisión: los de Altsasu por una pelea de bar. Los catalanes, acusados de terrorismo con una olla y productos de limpieza como pruebas.
· Hay una presidenta de un Parlament encarcelada por permitir un debate político (Carme Forcadell).
· Hay dirigentes de asociaciones cívicas encarcelados dos años (y a los que les caerán varios años también) por subir a un coche de la guardia civil (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart).
· Se enviaron 10.000 agentes de policía a pegar a ciudadanos que querían votar, causando más de 1.000 heridos.
· Hay exiliados políticos: políticos catalanes, activistas y cantantes (Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Lluís Puig, Toni Comín, Anna Gabriel, Marta Rovira, Adrià Carrasco, Valtonyc...).
· Hay medios de comunicación controlados y al servicio del régimen, manipulando información, inventándose relatos o pasándose por el arco del triunfo la presunción de inocencia en caso de ser catalanes.
· Hay un rey (así, en minúscula, por indigno) que jalea al sector ultra contra los catalanes.
· Hay un cuerpo de jueces, fiscales y abogados del estado que se inventan pruebas y permiten que sean usadas en juicios penales, que directamente prevarican.
· Hay una persecución ideológica para quienes osan apoyar el derecho a la autodeterminación de los pueblos (conciertos prohibidos, debates censurados, chantajes y presiones a gobiernos extranjeros).
· Se da un golpe de estado con la aplicación del artículo 155 de manera desproporcionada y autoritaria.
· Se intenta intimidar a la población civil con detenciones arbitrarias a manos de encapuchados.
· Se acusa de terrorismo a alguien (Tamara Carrasco y Adrià Carrasco) por tener caretas de Puigdemont y cortar carreteras.
· Se saltan leyes y doctrinas que ellos mismos han firmado.
· Se saltan tratados internacionales y desprecian a organismos que recomiendan la puesta en libertad inmediata de los presos (cosas que no se han atrevido a hacer ni en Turquía).
· Desprecian instituciones internacionales y tribunales de terceros países por no obedecer a su dictado en las euroórdenes (Schleswig-Holstein en Alemania, Bélgica, Escocia…). Ellos van contra dirección y acusan a todo el mundo que no lo ve igual que ellos, aunque sean todos los que lo ven de manera diferente.
· Encarcelan en medio de sesiones de investidura a candidatos a la presidencia de la Generalitat de Catalunya (Jordi Sánchez, Jordi Turull).
· No respetan la voluntad expresada en las urnas por los catalanes, encarcelando preventivamente a los citados anteriormente, impidiendo ser eurodiputados a otros (Puigdemont, Junqueras, Comín), cercenando el Estatut de Autonomía del 2006.
· Tienen a un dictador en un mausoleo y a su familia, subvencionada.
· Tienen una fundación del infame dictador subvencionada con fondos públicos. Como si en Alemania hubiera la Asociación Adolf Hitler. De locos.
· Tiene de rey a un tipo cuyo padre fue puesto a dedo por el dictador agonizante.
· El abogado del estado (dependiente del gobierno) pide la absolución para guardias civiles que mataron (sí, eso, mataron) a 15 inmigrantes en el Tarajal. Ellos son patriotas y los otros “unos putos negros que vienen a quitarnos el trabajo y que no importan a nadie”.
- Se censuran símbolos (lazos amarillos), se requisan banderas (estelades) mientras se permiten la del aguilucho, se persiguen colores (el amarillo prohibido en la final de Copa del Dictador en el Wanda Metropolitano).
- Se limita la libertad de expresión: amenazas a los catalanes que silben el himno español.
- Se dejan impunes cientos de casos de catalanofobia.

Y así, hasta el infinito.

Sólo les falta enviarnos al ejército y fusilarnos. De hecho, si no estuviéramos en la UE, ya lo hubieran hecho con gusto, como han hecho de manera reiterada en los últimos 3 siglos. Y, curiosamente, el único país que se cita en la novela que os he comentado más arriba, es Esp… bueno, ese país vecino de Catalunya, cuando habla de fosas comunes. Por si no lo sabes, estimado vecino, tu país es el segundo del mundo con más fosas comunes sólo por detrás de la Camboya de Pol Pot. Y cuando se ha intentado reparar la injusticia de la represión fascista, el sector ultra reaccionario ha puesto todas las trabas posibles hasta dejarlo en algo anecdótico, dejando sin efecto una ley aprobada para restaurar la memoria de las víctimas y recuperar centenares de miles de cuerpos enterrados en fosas comunes por padres, primos, abuelos, ascendientes varios de los que actualmente tienen el poder en tu país.

Así que si me dices que Irán es una dictadura, viviendo tú en el país vecino de Catalunya, te animo a que dejes de visitarme. Infórmate antes, abre los ojos y si te parece bien, adelante… quédate en tu “democracia” y no vayas a Irán, que Irán es una dictadura y el país vecino de Catalunya una democracia avanzada. Y tú eres listo y yo un talibán. Hay que joderse con la incultura y el fanatismo ibérico.

Al final, en tantas cosas, Irán y el país vecino de Catalunya se aproximan más de lo que tú piensas, estimado vecino.